martes, 6 de julio de 2010

Todos los aditivos alimentarios deben tener un propósito útil demostrado y, antes de que se autorice su uso, han de someterse a una valoración científica rigurosa y completa para garantizar su seguridad. Esta valoración se basa en la revisión de todos los datos toxicológicos disponibles, incluidos los resultados de las pruebas efectuadas en humanos y animales. A partir del análisis de los datos de los que se disponen se determmina un nivel dietético máximo del aditivo que no tenga efectos tóxicos demostrables. Dicho contenido es denominado el "nivel sin efecto adverso observado" (NOAEL) y se emplea para determinar la cantidad de "ingesta diaria admisible" (IDA) para cada aditivo. La IDA se calcula con un amplio margen de seguridad, superior a 100 veces, y es la cantidad de un aditivo que puede ser consumida en la dieta diariamente, durante toda la vida, sin que represente un riesgo para la salud.

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